viernes, 31 de julio de 2015

Tulipanes para Raquel VIII


-¿Quien es usted?- preguntó con firmeza Pizarro sobresaltando al siniestro rostro, que huyó en milésimas de segundo.

El inspector corrió tras él. Raquel se incorporó bruscamente, sintió un ligero mareo y se abrazó a Pietro con todas sus fuerzas.

-Che c’ è piccola?- preguntó el siciliano con dulzura mientras le acariciaba el cabello- forza! Tienes que estar fuerte, tú puedes pequeña.

-No entiendo nada, me siento muy perdida- susurró con la mirada fija en un punto muerto-No lo entiendo.

Raquel era una mujer fuerte, luchadora, no se daba por vencida con facilidad. Sin embargo, el no comprender a que se enfrentaba, la debilitaba hasta el punto de hacerle perder la cabeza. Sentía latir el corazón de su amigo, mientras lo abrazaba como una niña se abraza a su padre, cuando se despierta de una pesadilla. El tic-tac le tranquilizaba…una música sencilla pera llena de significado, el pasar del tiempo, la vida que te habla, el calor del cariño…De repente algo en el bolsillo interior de la chaqueta de Pietro le llama la atención. Un papel arrugado, parece una foto guardada a toda prisa. No lo tiene claro pero parece una de las fotos que le había hecho  el perturbado que le acosa. Agudizando más la vista, le parece estar en una postura bastante inadecuada, mientras duerme… ¿Cuándo se ha guardado la foto? ¿Por qué no la ha entregado como las otras? Estaba a punto de hablarlo con Pietro cuando irrumpió en la habitación el inspector Pizarro. Intentó disimular un gesto de desaprobación cuando los encontró abrazados. Pizarro no entendía muy bien lo que le estaba sucediendo con Raquel…pero no deseaba dejar de sentirlo.

-Perdone...

-Signor Tognazzi- dijo Pietro al comprobar que se dirigía a él

-Señor Tognazzi ¿es usted escritor?- preguntó con una mirada de antipatía que no trató de ocultar en ningún momento.

Pietro se separó de Raquel  extrañado por la pregunta. Ella notó que algo desagradable estaba a punto de suceder.

-Sí- respondió Pietro con un hilo de voz.

-Debo hacerle algunas preguntas- casi rugió el inspector.

Raquel  sintió un nudo en la garganta…
 

miércoles, 8 de julio de 2015

Tulipanes para Raquel VII





El inspector Pizarro vio como el rostro de Raquel palidecía de repente. No le dio tiempo a preguntar la razón.

-¡Me encuentro mal, me encuentro mal!- comenzó a gritar Raquel, echándose las manos a la cara y sin dejar de temblar.

Entre Pietro y Pizarro la agarraron en volandas para meterla en uno de los despachos vacíos de la comisaría. La tumbaron en la mesa para poder colocarle las piernas en alto, segundos antes habían notado como se desvanecía definitivamente. Pizarro le mojaba el rostro con la mano, de una manera delicada. Pudo fijarse más de cerca en las facciones de Raquel. Dulces y armoniosas. El cabello ondulado, abundante, cobrizo luminoso. Todo le parecía hermoso en aquella pequeña mujer asustada.
Raquel volvía poco a poco en si.

 - Es un policía…- susurró cuando pudo hablar.
      - ¿Qué dices?- le preguntó Pietro mientras   ayudaba a que se incorporase, muy lentamente.
-   ¿Policía?- repitió asombrado Pizarro mientras se secaba las manos con un pañuelo- ¿Cómo lo sabe?
  - Porque acabo de verlo aquí mismo-respondió mirándole con cierta rabia, Pizarro sintió que le estallaba el corazón. Los enormes ojos de Raquel, llenos de ira, le parecieron dos planetas en plena colisión. Una belleza.
- Eso no puede ser- acertó a decir el comisario cuando recobró el aliento- Le exijo que hagamos ese retrato robot que habíamos mencionado antes de su desmayo, lo que está sugiriendo es muy grave.
- ¡Muy grave!- gritó a punto del llanto

Pizarro deseaba poder consolarla, pero fue Pietro quién la abrazó. El inspector comenzó a sentir una fuerte antipatía hacia aquel italiano tocón.
Toc- toc…llamaron a la puerta. Un rostro siniestro se asomó asustándoles a todos…