La taza humeante temblaba entre sus manos. Le costaba un mundo acercársela a los labios y beber un sorbo. Pietro la miraba muy preocupado. Jugueteaba sin parar con su pulsera marrón de cuero mientras dudaba si llamar o no a un médico.
_Estoy bien- acertó a decir Raquel- es solo que necesito
pensar…
-Senti cara, en realidad es mejor que descanses- respondió
quitándole la taza de entre las manos, estaba a punto de derramar el té.
-¿Descansar?- dijo mirándole aterrada- Tengo mucho miedo…me siento
demasiado confusa como para poder descansar… ¿hay en mi vida un acosador? ¡Cómo
ha podido ocurrir esto!
Pietro la abrazó fuerte, ella dejó caer su cabeza en el pecho
de él buscando cobijo, protección…una vez más igual que una niña pequeña. De
pronto llamaron a la puerta., ella se sobresaltó y él la abrazó aún más fuerte.
-Dai, tranquila – le susurró- será una venditore, non
apriamo…sono con te, tranquilla.
Pero volvieron a llamar con cierta insistencia.
-
Voy a abrir- dijo Raquel tras desenredarse del
cuerpo de Pietro.
-
- No- la detuvo- no te muevas, faccio Io…
Cuando Pietro abrió no se
encontró a nadie al otro lado de la puerta. Quiso ir hacia la escalera, pero
tropezó con una caja que casi le hizo caer. Alguien la había dejado en el
suelo. La abrió.
-
¿Qué pasa?- preguntó Raquel inquieta.
Pietro no supo que decir.
La historia va creciendo y, con ella, la ansiedad de seguir conociendo los avatares de Raquel y su "sombra". ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarBesos a Fellini en los bigotes.
Aún no se ha recuperado Raquel del susto por ese mensaje y ya ha ocurrido otro hecho desconcertante?que hay en esa caja que deja a su amigo sin palabras?podrá la chica soportar tanta tensión sin venirse abajo?Un abrazo.
ResponderEliminar