jueves, 28 de mayo de 2015

Tulipanes para Raquel III



Las clases fueron un absoluto desastre. No podía dejar de pensar en el maldito mensaje, en el hombre siniestro…en ese extraño día. A las ocho de la tarde terminó. Sentía verdadero pavor a salir de la academia, temía llegar a casa. No deseaba quedarse a solas y decidió llamar a un amigo.
-      Pronto?- respondió una voz nasal

-      ¿Pietro? Soy Raquel, necesito verte ya, ahora…ven a buscarme a la academia.
-      ¿Ahora? Ma estoy con una amica, domani, nos vemos mañana mejor.
-      ¡No, no, no!- gritó nerviosa- tiene que ser ahora, hoy…Pietro no me falles.
Un profundo suspiro se oyó desde el otro lado del teléfono.
-      Va bene, in un’ora estoy allí.
-      Ok…gracias…de verdad.
Apoyada en el umbral del viejo portal de la academia le esperó. Casi agarrotada de tan alerta como se encontraba. Se asustaba ante el mínimo ruido y no paraba de mirar hacia todos los lados como una fugitiva. No descansó hasta que vio el pequeño coche azul de Pietro llegar. Él dio un pequeño pitido y ella corrió como una niña cuando viene a buscarla a la escuela, a guarecerse en el lugar que en ese momento consideraba más seguro del mundo.
-      E allora?- dijo él irritado a modo de saludo
Ella le miró con sus enorme ojos grises, muy asustada.

-      Gracias-  alcanzó a decir antes de echarse a llorar.
Pietro, muy conmovido, la abrazó. Solamente el pitido de un nuevo whatsapp en el móvil de Raquel les separó. La expresión de espanto de ella hizo que fuese Pietro quien agarrase su teléfono y leyese el contenido del mensaje. No había texto. Solo una foto de Raquel esperando en el umbral de la academia. Silencio.

2 comentarios:

  1. Esto cada vez es mucho más inquietante,el desconocido?siniestro está muy cerca,casi podria la chica oir su respiración...espero que ahora que su amigo vió el mensaje,ella le confíe lo que le ocurre y éste la cuide...Un abrazo

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  2. ¡Ay, ay, ay! Esto va tomando forma de las novelas con intriga que a mí me entusiasman. ¡Pobre Raquel! Menos mal que Pietro ha visto el mensaje, puede estar tranquila, no es que su mente le juegue malas pasadas... de momento.
    ¡Qué ganas de seguir leyendo el relato! Besos a Fellini en los bigotes

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